miércoles, 15 de mayo de 2013

Adicta al washi tape. Primeros trabajos

Una cosa es que me empezara a interesar por el mundo de la decoración y otra que lleve unos días soñando con washitapear media casa. Sí, señoras y señores, he caído (como muchos otros) ante el encanto de la técnica esta de envolver todo lo que tengas en casa (y lo que no tengas lo compras) con celo estampado. Vale, que sí, que son cintas japonesas de más calidad que la que utilizamos para empaquetar regalos, pero esto no deja de ser celo.

Soy muy fan de las cosas cuquis (y últimamente de todo lo que lleve rosa y topitos) y claro que me tentaba lo del washitape. Si a eso unimos mi pasión por cualquier tipo de elemento propio de escritorio os podéis imaginar que babeaba ante troqueladoras, washitapes, etiquetas y sellos de diversa índole. Pero también es cierto que no soy nada manitas y las manualidades se me dan fatal.


Cuando en párvulos te mandaban recortar siguiendo una línea las mías eran siempre torcidas y ya de lo de pintar sin salirse de los bordes ni hablamos. Menos mal que de aquella no había posibilidad de repetir curso, porque sino a mis 32 años allí seguiría metida. Con estas credenciales no me veía yo haciendo washitape... hasta que una amiga me picó.

Ella quería comprar unas cosas para su tienda y sabiendo que este tipo de cosas me encantan me convenció para acompañarla. El resultado es que me vine con cuatro washitapes para casa. No compré nada más porque me supe contener y primó el razonamiento por una vez. Eso sí, al llegar a casa dije que esas cintas no se podían usar sólo para empaquetar cosas así que empecé a curiosear por internet.

La primera idea fue hacer una funda de washi tape para el móvil, pero no me convenció mucho la cosa y fui a lo fácil: la agenda. Unos fantasmitas por acá (no os fijéis, que están fatal cortados) y unas tiras de máquinas de escribir por allá y me pareció que el resultado no era tan malo como cabría esperar de mi en un primer momento. Al día siguiente fui a lo grande y tuneé la carcasa del portátil que ya le tenía ganas. Hace unos meses compré cinta de embalar con los típicos bigotes para decorar unas pajitas y aunque no es washi tape me vino de perlas.


La papelera, la cafetera o el disco duro externo son otro de los elementos que en mi mente son susceptibles de washitapear, pero creo que necesito más material. A ver cuando caigo de nuevo en las redes consumistas del arte japonés y decoro la casa de mis padres de arriba a abajo.

2 comentarios:

  1. ¡Me encanta! Pero no se donde conseguirlos, y por internet siempre los veo carillos mas sus debidos gastos de envio ya..ta luego xD
    Quiero seguirte pero no se como!! :(

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    1. Hola!
      No son baratos, eso es cierto y yo por internet hago pedidos con una amiga para repartirnos los gastos de envío, que tampoco son baratos. En tiendas físicas he visto poca cosa, pero por ejemplo en Tiger suelen tener y bastante bien de precio. Ayer pasé por allí y traje varias cosas por menos de 10 euros. Si tienes uno cerca aprovecha.
      Ah, y puedes seguirme en Twitter. Es que aquí no puse aún lo de seguidores. A ver si lo remedio pronto

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