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domingo, 1 de septiembre de 2013

Septiembre y nuevos proyectos

Septiembre ha sido uno de mis meses favoritos. La vuelta al cole, material escolar a tutiplén, bajada de temperaturas,... ¿Cómo no iba a encantarme este mes? Es también época de planes y de replantearse la vida. No suelo marcarme metas en enero, lo hago en diciembre que es cuando cumplo años y eso de sumar una velita más en la tarta acojona más que el cambio del año.

Este año no ha habido falta de esperar a diciembre y a 1 de septiembre nos hemos liado la manta a la cabeza. Realmente la liamos días atrás y hoy es cuando toma forma porque tenemos nombre, algo que creíamos básico, aunque sólo fuera por encontrar la forma de referirnos a él.

Aún está entre pañales, es un bebé que acaba de nacer y ni siquiera sabemos por dónde empezar. Bueno eso sí, escribiendo. Escribiendo mucho, es lo que siempre me ha funcionado. Hay que aprovechar la cantidad de libretas y bolis súper monos que hay en las tiendas. Jaja.

Pues el 1 de septiembre empieza el proyecto. Hacia donde vaya o en qué acabará aún no lo sabemos. Lo iremos descubriendo.

sábado, 12 de mayo de 2012

Novedades y buscando tiempo para el blog

Hace casi un mes que no publico entradas y eso que cuando lo hice me las prometía yo muy felices para regresar al blog. Tres entradas preparadas en un fin de semana eran como para sentirse orgullosa. Había conseguido programarlas sin problemas y hasta me interesé por los beneficios de poner anuncios en el blog, aunque de antemano digo que la idea no me acaba de agradar. 

Dos días después de que escribiese el último post hubo un cambio laboral, negativo en muchos aspectos, pero que me iba a permitir tener mucho tiempo libre, de lo que escaseaba en los últimos meses. No hay mal que por bien no venga, pensé yo, podré dedicar más tiempo al blog, investigar por internet, leer los blogs de otra gente con calma y no a las carreras e incluso sacar la reflex y hacer fotos decentes, no con la blackberry.

Mi sorpresa fue mayúscula cuando tres semanas después he descubierto que tengo menos tiempo que antes, que intento abarcar muchísimas cosas a las que no doy abasto y que el blog está paralizado por completo. Tanto que acabo de entrar a revisar si seguía aquí, porque hace unos días leí a varios blogers que habían tenido (de nuevo) problemas con Blogger. Y me he dado de bruces con los anuncios, por cierto.

Ante esta tesitura he decidido volver a echar mano de mi ya famosa libreta roja (mucho más conocida por estos lares que la de Van Gaal) y crearme un horario. Si antes la jornada laboral era de lo más flexible y abarcaba casi todas las horas en que estaba despierta ahora es aún peor.

Así que mañana haré cálculos, cuadros y trataré de planificar mi vida (menos mal que me gusta la organización) para sacar algo de tiempo para el blog.

De momento, me voy a pasar por los blogs y por el Twitter, a ver qué novedades me encuentro...

martes, 3 de enero de 2012

Propósitos blogueriles y personales

Raramente hago propósitos de enmienda cuando comienza el nuevo año. No es por nada, sino porque cumplo años días antes de que acabe el año y suele hacerlos para entonces. Y la norma general es que ya me los haya saltado todos para el día 31. Así que este año ha habido cambios. Son propósitos de año nuevo pero que no tienen porque iniciarse el mismo 1 de enero. Además hay una única cosa en la lista: pensar más en mi, o lo que es lo mismo, ser más egoísta.

Sé que lo último suena un poco mal, como que soy una malvada, pero es que cuando llegas a cierta edad te das cuenta (en mi caso) de que eres una pringada absoluta que ha interpuesto el interés de los demás al suyo propio y en la mayor parte de los casos ha servido únicamente para decepcionarme. Y en el último año (bueno los últimos meses del 2010 también) me he dado cuenta de que soy, por decirlo finamente, gilipollas integral.


Por ello a partir de ahora me he propuesto ponerme a mi por delante. Hay gente que aún podré poner por delante, pero son de los que se cuentan con los dedos de la mano. El caso es que si desgranas mi único propósito en realidad son muchísimas intenciones que no entrarían en una lista, aunque vamos a intentar resumir.
  • Hay que empezar a cuidarse, porque una llega a unas edades problemáticas. Soy consciente de que odio el ejercicio físico, ni siquiera me lo planteo como otras veces porque salvo que me cambien por completo la cabeza no lo voy a hacer, así que habrá que mejorar la alimentación.
  • Y como tengo que mirar por mi misma un poco más tampoco pasaría nada porque me arreglara de vez en cuando. Con un par de brochazos la cara suele mejorar que da primor y realmente tampoco cuesta tanto empezar a prepararse cinco minutos antes. Lo mismo se aplica a la ropa.
  • Las finanzas son un tema peliagudo desde hace meses y tengo que aprender a hacerlo. Algo que aprendí este año es que hay que invertir en buenos zapatos (las bailarinas que he dejado por el camino lo confirman) y que determinados complementos sí admiten versiones supereconómicas (cada vez adoro más H&M y Primark, lo reconozco).
  • Pensar en mi misma, en definitiva, significa hacer lo que más me gusta y no lo que quieren otros. Ahí entra este blog y otras muchas cosas. Ya trabajo bastante como para que el poco tiempo que tengo libre no pueda emplearlo en lo que quiero.
De momento, lo que se va cumpliendo es el último de los apartados, porque he de reconocer que esta mañana caí en la tentación de comprarme ropita, conste que todo muy ponible, básica y ha sido todo muy barato.

sábado, 3 de septiembre de 2011

Mis adicciones: los bolsos

Como adicta a los complementos los bolsos son mi perdición. Los zapatos me encantan, los anillos, los pendientes, las gafas; pero no es lo mismo. No sé qué tienen que siento una especial atracción hacia ellos, sobre todo si son pequeños, pocos combinables y caros (ups, creo que esta misma frase la use hace un par de posts).

Los Funny Bags, de Furla.
De jovenzuela tuve una etapa que no me gustaban nada, me pasaba el día en vaqueros y con sus cuatro bolsillos ya tenía más que suficiente para guardar mi mundo. Claro, que de aquella no teníamos móviles, ni ochocientas mil tarjetas y prácticamente mis pertenencias se reducían a una cartera plana, un par de pañuelos de papel y las llaves de casa. 

La etapa NO bolsos coincidió con la de ODIO los vestidos, pero debían ser cosas de la edad, porque la tontería se me pasó en unos meses. Estuve un par de años sin ponerme un vestido, obligué a mi madre a tirar todos los que había en el armario, y a partir de entonces no paré de comprarlos. Ahora que lo pienso esa debió ser mi edad del pavo: renegar de bolsos y vestidos. Quien me iba a decir que años más tarde me iba a enamorar perdidamente del Birkin de Hermès (que aparezcan tres clones en la cabecera del blog no es casualidad).
Birkin, de Hermès.

Pues la adoración actual por el complemento por excelencia llega a tal punto que preocupa al resto de mi familia, no sólo por lo que me puedo gastar en una temporada, sino porque no me entran en casa y no sé cómo organizarlos. De vez en cuando tengo que hacer limpieza y retirar algunos y me cuesta horrores. No porque me gustan, porque hay muchos pasados de moda y otros estropeados por el tiempo; pero a todos les tengo cariño por alguna razón.

Lo primero que me compré cuando recibí mi primer cheque de becaria fue un bolso (una mochila blanca para ser exactos). De eso hace diez años y sigue guardada en una caja, porque me niego a deshacerme de ella, aunque sé que no la usaré jamás y está empezando a amarillear.

Y todo este post viene como introducción al de mañana y para quitarme un poco el mono mientras espero que lleguen a Primark esos bolsitos tan monos que están anunciados para esta temporada. Hay que ampliar la colección, aunque sea con las versiones más económicas de los que en realidad me gustan.