De accesorios y decoración

No es que se haya manchado la pantalla del ordenador. Es que la he llenado de topitos, vamos lunares de toda la vida. Año nuevo, vida nueva, fondo de pantalla nuevo. Vale que ya estamos en febrero, pero vamos que yo intención de hacer entradas la tenía desde que empezó el año, conste.

Eso y de darle un giro al blog. Vale que en los últimos meses he sido muy vaga y remolona y es mucho más cómodo tuitear que postear, pero ya se acabó la vagancia y vamos a ponernos las pilas y con novedades. Una de las razones (aunque suene a excusa) es de que ahora me fijo más en cortinas que en vestidos y en fregaderos bajo encimera que en gafas de sol. De hecho hace mucho que no me compro unas gafas de sol...

En unos meses me darán el piso que me compré hace dos años (sí antes de que hubiera crisis y todas esas cosas) y estoy dando un curso acelerado de decoración, chapuzas varias y electrodomésticos último modelo. El día que fui a elegir la cocina, que poco menos me pilló por sorpresa, era igual que un pato en un garaje. ¡Y eso que era la cocina, con lo que a mi me gustan!

Así que ahora sueño con muebles blancos, sofás chester que no bajan de 3.000 euros y he decidido que Ikea va a ser mi mejor amigo aunque no me guste tanto como otras tiendas, pero es que es mucho más económico. 

Los futuros post, espero, incluirán no sólo ropa, complementos, tendencias o desvaríos varios, sino también temas de decoración, lo que a su vez dará lugar a múltiples desvaríos. Para quienes no me conozcan en persona he de decir que tengo un gusto exquisito. Exquisito para los precios, siempre me gusta lo más caro y encima no hay forma de engañarme. Muestra de ello es que me he enamorado del sofá de Victoria Grayson (Revenge) y lo más parecido que he encontrado es este.

Pero hasta que me toque el Euromillón (semana tras semana me recuerdo que tengo que jugar para poder ganar) iré a la caza de clones económicos, plagios (no demasiado exagerados) asequibles y puede que tenga que iniciarme en el DIY.